viernes, 25 de marzo de 2011

DIA DE LA MEMORIA- UNA CARTA PARA MI HIJA

A veces, cuando uno más se lo propone, escribir se hace potencialmente más díficil.
Tal vez porque ante determinados dolores, toda palabra se torna banal, todo comentario es inútil, toda reflexión decrépita.

A la vez, levanto la vista y me encuentro con vos, que te trepás al sillón, te asomás y sonreís.  Y por vos, quiero hacerlo.

Treinta y cinco años atrás, yo tenía apenas unos meses de vida. Varios menos de los que vos tenés ahora.

Durante muchos años no supe lo que era golpe de estado, dictadura, proceso,  desaparecidos... Lo que supe, en su mayor parte, lo aprendí sola, atando cabos, leyendo, militando por mi cuenta.
Porque, vale decirlo, a pesar de la democracia, pasó mucho tiempo hasta que el miedo cedió un poco.
Y cuando el miedo cedió, dio paso a la nebulosa, a las explicaciones oscuras, a la invocación del olvido y la reconciliación... Cuando el miedo cedió, se abrió paso la impunidad


Pero tengo algunos recuerdos... veamos...

Un día Mario se fue de viaje...

Mis viejos susurran todo el tiempo, entre ellos y con los vecinos

Un día, Eduardo esta de viaje...

Pasamos mucho tiempo en casa de mis abuelos

Otro día,  Eduardo esta preso. Yo pregunto por qué... parece que le contestó mal a un general.

Mis viejos susurran todo el tiempo, entre ellos y con los vecinos. Pasamos mucho tiempo en casa de mis abuelos...

De pronto, estamos en guerra.

En la escuela cantamos un himno nuevo... El himno a las Malvinas.

Hay algo que no entiendo. No todos quieren ganar la guerra.

La seño dice que: Las malvinas son argentinas! No se muy bien dónde quedan las malvinas.

La tele dice que vamos ganando la guerra. Pero mi papá no parece muy contento.

Algunos dicen que es mentira. Y otros dicen que es mejor así.

Al final perdimos la guerra. Y según he ido aprendiendo con el tiempo, perdimos mucho más...


Tenés que saber,  hija, que muchas cosas pasaron en esos y éstos años.
Hubo generales, almirantes, comandantes... Junta militar en pleno. Perono defendían los intereses de la patria. Se dedicaron a vaciarla y horadarla.
Hubo asesinos, secuestradores, torturadores. Falcon verdes y sádicos ladrones.
Campos de detenidos, vuelos de la muerte, fosas comunes... gente que simplemente, desaparecía en la noche...
Hubo locas en la plaza de mayo, y abuelas que no encontraban a sus nietos...exiliados, familias quebradas, sueños rotos...
Y además de los sanguinarios ejecutores, hubo miradas cómplices... socios, amigos.
Hubo quien echaba la cabeza hacia un costado... quien justificaba, explicaba y mentía , vecinos que decían "por algo será". Hubo goles manchados con sangre, y canciones llamadas: " derechos y humanos".
Y hubo más. Empresarios, economistas, curas, obispos y cientos de funcionarios ... Y hubo un plan económico perfectamente pergeñado, detrás de la batalla ideologica.
Hubo colaboradores, patriotas roquistas,  periodistas oscuros, "plata dulce"....Hubo, en este país, mucho más...Hubo un Estado dispuesto a matar.
Niños apropiados, madres huérfanas de hijos...

Y cuando todo eso acabó, hubo otras cosas.
Hubo un grupo de gente que se decían valientes, y se pintaban la cara. Hubo leyes que lavaron, sin culpa, las manos manchadas .

Hubo pactos, y  teorías de dos demonios. Hubo indulto. Y gente  repitiendo "esto fue una guerra".
Y cientos de hipócritas montando la nueva ola.
Hubo impunidad.

Y la impunidad, hija mía, la impunidad es cosa seria.
Te quita la esperanza, y el mundo se vuelve oscuro y sin remedio,  la idea de justicia se desangra entre el barro, y los que siempre creímos en algo, comenzamos a creer en nada.
La impunidad te convierte en escéptico, y crea la ilusión de que un horror triunfante se ha tragado para siempre la luz.
Así ha sido este país, hija, en estos años. Un absurdo paraíso de censores y asesinos. Un lunático universo, consternado y hostil.

Hoy se cumplen treinta y cinco años.
Pero a diferencia de otros aniversarios, hoy sonrío... Y no sólo porque hoy vos estés en mi vida. o porque te sentás allí, haciendo morisquetas mientras escribo.
Hoy podemos decir, por fin, que la justicia está llegando. Que se ha tomado su tiempo, es cierto, pero está llegando...
Hoy podemos decir que los muros ya no guardan las fotos de los torturadores, (aunque, es cierto, algunos muros con foto quedan).
Hoy los tribunales se llenan para juzgarlos y verlos, finalmente, caminar sorprendidos,  absortos,  hacia sus celdas comunes.
Hoy son conocidos y  señalados, y la verdad es contada, y los dos demonios son, definitivamente  enterrados.
Hoy, la plaza de mayo se llena de jóvenes, y las madres y abuelas son abrazadas, acompañadas y respetadas.
Hoy siento,  por fin, que el día que tengas la edad para leer esto, y me hagas preguntas, voy a poder decirte que este mundo, que este país, que este universo aún tiene esperanza.
Que hoy, por fin, hay un estado que condena a quienes matan en su nombre.
Que hoy, por fin, en nuestra tierra, el nunca más es posible.
Que hoy, por fin, querida hija, aquí, muy al sur del continente, la justicia no es un cuento chino.

2 comentarios:

  1. Excelente REFLEXION !! se piantó un lagrimón por ahí de los buenos he !! seguro lo va a leer y muchas cosas más también !! nada puede hacer callar la voz !! y el tiempo esta dando sus razones... UN PAPA emocionado !! Felicitaciones por la pag ! la palabra es lo tuyo y yo te apoyo y tu hijita tambien! me lo acaba de decir con una sonrisa! ADRIAN

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  2. Que bueno ! Te pasaste ! Hermosa reflexión todo llega la justicia también aunque se toma su tiempo. Felcitaciones y muy bienvenida estas pag son necesarias ante tanta pavada internistica ! (Pepito)

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